Análisis crítico del EIA Obra Variante Costa Azul. Prof. Dr. Fernando Barri

Compartimos desde Adarsa un análisis crítico del EIA (Estudio de Impacto Ambiental) de la Obra Variante Costa Azul– Puente sobre el Lago San Roque realizado por el Prof.Dr. Fernando Barri.
Esperamos el mismo sirva de insumo previa Audiencia Pública sobre este tema a realizarse en la Municipalidad de Villa Carlos Paz este viernes 28 de abril a las 10 hs.

ANÁLISIS CRÍTICO DE LA EVALUACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL
OBRA VARIANTE COSTA AZÚL – PUENTE SOBRE LAGO SAN ROQUE –
PROVINCIA DE CÓRDOBA

Consideraciones Generales:
Una de las principales falencias que presenta el EIA es la excesiva y subjetiva sobrevaloración de los hipotéticos beneficios del proyecto. El EIA comienza y termina alabando la obra, cuando lo correcto es que no se opine sobre aspectos que no deriven pura y exclusivamente del análisis objetivo de las Matrices de Impacto, siempre y cuando éstas hayan sido bien realizadas. Caso contrario la población afectada puede interpretar, como en este caso, que los profesionales que elaboraron el EIA lejos están de querer ser rigurosos con el análisis técnico para prevenir daños ambientales y sociales, sino mas bien intentar “vender” una obra resistida por los habitantes de la región.
Un segundo aspecto crítico no contemplado, es la omisión de la categoría, según las leyes Nacional 26331 y Provincial 9814, a la que corresponden los bosques nativos que serán afectados por la obra en todas sus etapas. Ello no es menor dado que, como se estima, son bosques en Categoría I o Roja no pueden ser intervenidos. Por otra parte, se realiza una sobrevaloración de los posibles impactos socioeconómicos del proyecto, los cuáles en la mayoría de los casos son puntuales (como el caso del empleo), haciendo parecer que los beneficios de la construcción de la obra fueran ampliamente superiores a los pasivos socio-ambientales que puede dejar.
En tercer término, se observa un profundo desconocimiento de los profesionales que realizaron el EIA sobre la dinámica natural y procesos ecosistémicos que se verán afectados, así como los impactos que las distintas etapas del proyecto tendrán sobre ellos y las consecuencias a futuro que ello podría acarrear. Teniendo en cuenta que se producirán demoliciones y deforestación, es evidente que la dinámica de la cuenca se verá seriamente afectada en el área que se pretende intervenir, hecho que es subestimado en los análisis realizados al respecto. Salvo el estudio geológico, que por cierto señala “riesgo severo de erosión hídrica”, se observa la falta de un análisis interdisciplinario que le daría más seriedad al EIA presentado por la Provincia.
En cuarto término, se omite mencionar como afectará el aporte de sedimentos que generará la obra al ya grave proceso de Eutroficación y Colmatación que está sufriendo el Lago San Roque. Ello no es menor si se tienen en cuenta que grandes volúmenes de tierra y distintos contaminantes que se produzcan durante la construcción derivarán inexorablemente (en el corto o mediano plazo), sobre las aguas del Lago.
En síntesis, el EIA de la obra Variante Costa Azúl – Puente sobre el Lago San Roque, presenta defectos estructurales, falta de información y desconocimiento (en particular sobre los impactos en las variables ambientales), y un sesgo importante que impide pensar que se haya realizado con total objetividad. Se intuye además cierto “realismo mágico”, típico de profesiones que entienden mas del uso del cemento que de la dinámica ambiental, respecto de creer que los impactos que se produzcan se solucionaran con obras de ingeniería, cuando la realidad a nivel tanto mundial como local demuestra que ese tipo de visiones tienen fallas severas, cuyas consecuencias, como en el caso de la construcción del Camino del Cuadrado (Ruta E.57), luego debemos sufrir con altos costos ambientales, sociales y económicos.

Consideraciones específicas sobre el texto del EIA:
A continuación se detallan las principales fallas, defectos u omisiones del EIA:
1) Proponer alcantarillados como principal respuesta a los efectos de la erosión que produciría la obra es minimizar el daño y no contemplar experiencias fracasadas anteriormente (ver el caso del Camino del Cuadrado).
2) La Hidrosiembra de taludes hasta el momento no ha demostrado ser efectiva para frenar los procesos erosivos que afectan a las cuencas serradas intervenidas por obras viales de montaña. El caso del Camino del Cuadrado es el más evidente, además de tristemente célebre, ejemplo de cómo los taludes sembrados con pasturas exóticas no ha dado los resultados esperados para frenar los procesos erosivos y desmoronamientos de suelos.
3) Reforestar, aún cuando sea en su mayoría con especies nativas, no implica por si mismo que se produzca un procesos de sucesión vegetal que derive en la restauración ecológica de los sitios desmontados. La dinámica de los bosques serranos es muy frágil, y las intervenciones de este tipo, que eliminan no solo la cubierta vegetal sino también el suelo, hacen muy difícil recuperar el ecosistema original. En tal sentido no se observa, ni el EIA ni el Plan de Gestión Ambiental, propuestas técnicas ni herramientas de manejo acorde a la Ciencia de la Restauración Ecológica, que requiere, además de plazos prolongados de trabajo, un continuo seguimiento con personal capacitado para lograr resultados positivos.
4) No se especifican las superficies de bosque nativo que se van a desmontar. Tampoco se menciona el valor que tienen esas áreas naturales que serán intervenidas como corredores biológicos entre otras áreas naturales, dado que la construcción de caminos actúa como barreras antrópicas que afectan el flujo de genético entre especies, llevando a las poblaciones a su aislamiento y posterior extinción local. En tal sentido llama poderosamente la atención que no se mencione a la Secretaría de Ambiente de la Provincia como parte de los organismos de gobierno vinculados con el control de la obra.
5) Se observan a lo largo de todo el EIA numerosos errores conceptuales, y términos mal aplicados. Ejemplo de ellos son términos tales como “desboque” o frases como “ecotono de difícil vegetación”, o que “la fauna silvestre se irá a zonas más tranquilas”. Ello pone en evidencia el desconocimiento de la Ciencia Ecológica de los profesionales que elaboraron el EIA.
6) Se hace evidente el desconocimiento y descripción de algunos de los componentes ambientales que serán afectados por la obra. Por ejemplo, se describen especies animales que no se encuentran en el bosque serrano, como el caso del “quirquincho chico” (que habita en bosques de llanura chaqueña árida), y se mencionan nombre comunes inexistentes para la fauna de la región, como “paloma turca”, “ranita de las cunetas” o “lagarto ocelado”. La ausencia de nombres científicos hace imposible saber a qué especies se está haciendo referencia. Es tal el desconocimiento que se muestran fotografías de otras especies para hacer mención a las nativas (tal el caso de una foto en la que se ven pirañas amazónicas, cuando se hace mención a la presencia de palometas en los cursos de agua).
7) No se realiza una evaluación profunda de los pasivos ambientales y riesgo de erosión que provocarían las demoliciones de montaña y el desmonte sobre la estabilidad de los suelos, ni se menciona como se verá afectado el efecto “esponja” en la zona afectada.
8) No se menciona el grave impacto ambiental que puede ocasionar la implantación de flora exótica invasora sobre la cuenca y al biodiversidad local.
9) Se menciona en el informe geológico que los taludes propuestos no satisfacen las condiciones de seguridad para estabilizar los suelos, y que los procesos erosivos que generará la obra, en particular en el área de Casaffousth, son impredecibles. Sin embargo, luego no se proponen las alternativas de obras correspondientes, que se deberían haber contemplado al detectar impactos críticos o irreversibles como el que se detalla en el mencionado informe.
10) Están mal valorados algunos aspectos socioeconómicos, a raíz de mal interpretar el impacto que generan algunas actividades antrópicas. Tal es el caso del turismo, que no es una industria sin chimeneas, mal desarrollado puede generar impactos igual o mayores a otras actividades que degradan el ambiente. No es posible en tal sentido asegurar que la obra generará beneficios a toda la población afectada en tal sentido, por el contrario puede que muchos sectores se vean perjudicados. Se sobreestima el valor que la mayor circulación de vehículos podría generar pero no se contemplan los posibles impactos ni se menciona otras alternativas para mejorar los servicios (salud, educación, empleo) que podría realizar el Gobierno a los fines de incrementar la calidad de vida de las poblaciones circundantes a la obra.
11) El número de personas que serán directamente afectadas (alrededor de 300) y las expropiaciones que se deberán realizar, indican un alto impacto social negativo, que extrañamente es minimizado y se indica con de valoración “compatible”, cuando claramente deberían ser valorados como impactos severos a críticos desde el punto de vista socioeconómico.
12) La interpretación de tratados internacionales, como la Agenda 21 (sobre la que se confunde el concepto de Desarrollo Sustentable) y diversas leyes nacionales y locales, como el caso de las Leyes Nacional 26331 y Provinciales 944 y 10208, son muy livianas, a la vez que no se profundizan los aspectos que el Proyecto estaría violando de dichas normas. Finalmente, la bibliografía presentada es pobre, y no contempla estudios científicos actualizados que señalan los riesgos socio-ambientales que la pérdida de bosques y alteración de la topografía generan.

Consideraciones específicas sobre la elaboración de las matrices del EIA:
1) Llama poderosamente la atención que actividades de alto impacto ambiental, como las demoliciones, no presenten un efecto directo negativo sobre variables ambientales tales como la vegetación y la fauna nativa. Este tipo de omisiones graves hacen que las matrices presentadas sean sumamente arbitrarias.
2) Es evidente que la subvaloración del impacto de las actividades proyectadas en la obra sobre algunas variables ambientales (tanto en su intensidad, extensión, reversibilidad, etc), particularmente en lo que refiere a vegetación, fauna, suelos y recursos hídricos. Una valoración más objetiva, en base a datos científicos, probablemente hubiera indicado valores severos a críticos, y no moderados o nulos como se presenta en la matriz de importancia.
3) Se encuentran sobrestimados los valores positivos socioeconómicos del proyecto, sin tener en cuenta que muchos de ellos son solo temporales, y que la obra por sí sola no se asegura en el largo plazo las mejoras en la calidad de vida de las poblaciones circundantes en relación a la economía, salud o educación.
4) Hay actividades previstas, como el “desmalezamiento”, que evidentemente generan impactos en variables como la erosión, las cuáles ni siquiera han sido mencionados. Por su parte, hay impactos de largo plazo que fueron minimizados en la matriz de persistencia, lo cual redunda en valores bajos en la matriz de impacto final, que no reflejan lo que realmente podría ocurrir (nuevamente hay que recordar el ejemplo del camino del Cuadrado para darse cuenta a que nos referimos).
5) Es imposible, desde todo punto de vista, que el impacto negativo que tendrá la deforestación sea equiparado con valores positivos de similar magnitud para la forestación y revegetación. Ello habla o bien de un intento de confundir y ocultar el impacto real que la pérdida de vegetación nativa tendrá, o de un absoluto desconocimiento en la materia.
6) Se observan numerosas variables ambientales y procesos que no están correctamente valorados, ni en el puntaje que se les otorgó ni en la valoración final. Sobretodo llama la atención la escaza valoración que tienen los impactos de la obra sobre la erosión en la matriz de importancia, que ni siquiera llega a valores de impacto moderado, cuando es evidente que será uno de los factores más claramente afectados.
7) En síntesis, mi valoración es que, dado que cerca del 70% de los factores afectados serán de índole ambiental, se ha intentado minimizar el impacto ambiental que tendrá la obra de realizarse, y que un EIA correctamente hecho debería haber dado como resultado mayores porcentajes de actividades con impactos severos a críticos, que hubieran obligado a hacer un replanteo de la obra propuesta.

 

Prof. Dr. Fernando Barri
Cátedra de Problemática Ambiental, FCEFyN-UNC. Investigador del CONICET